A la hora de montar una tienda online conseguir clientes, marketing, posicionamiento SEO, usabilidad, diseño, etc. son algunas de las principales preocupaciones. Pero también tenemos que tener claro qué gastos nos podemos deducir si tenemos una tienda online. Como en el resto de actividades los gastos deducibles tienen que estar afectos o relacionados con la actividad que se ejerce.
Para el caso de una tienda online hay algunos que claramente son deducibles, como la contratación del hosting y la compra del dominio. Aquí también se pude añadir el coste que tengan la utilización de las pasarelas de pago contratado por el banco, ya sean fijos o por comisión.
A la vez los gastos de contratación de servicios, como puede ser el diseño de la tienda online, los servicios de SEO que podemos contratar para que nos ayuden a posicionar en buen lugar nuestra tienda online o también si tenemos un community manager que se ocupa de gestionar nuestra actividad en las redes sociales (Facebook, Twitter, Google+, Pinterest, Instagram, etc.).
A todo esto le tenemos que sumar los gastos en publicidad, campañas en Google Adwords, Facebook, Twitter, merchandising, etc. Todo aquello que nos permite llegar a una mayor cantidad de público y mejorar nuestras ventas. También tenemos que tener en cuenta el IVA de los productos que compramos para vender, que tenemos que repercutir en el cliente y liquidar trimestralmente.
En el caso de que ofrezcas gastos de envío gratuitos para tus clientes, también sería deducible, ya que es un gasto profesional afecto a la actividad que realizamos. En caso de que el gasto fuese compartido también podríamos deducirlo, no así si corre por cuenta de nuestro cliente.